- Gianni Rodari y sus 9 formas de enseñar a un niño a odiar la lectura - 28 mayo, 2022
- Flora y Ulises, o cómo curar un corazón para cínicos - 2 mayo, 2022
- El fomento de la lectura en los niños, con Ruth Ibánez - 25 abril, 2022
Ruth Ibáñez lleva siendo profesora más de 20 años. Ha impartido todas las asignaturas que te puedas imaginar desde los tres a los catorce años y ha dado clase en dos continentes.
Pero, por suerte para todos nosotros, también es escritora. Y además de sus libros de ficción ha publicado también los ensayos Profe, una pregunta: La docencia vista desde dentro y este Manual (in)falible de animación a la lectura por el que la entrevisto esta semana.
Ambos son unos ensayos llenos de dudas, que es lo que único que puede escribir la gente que realmente sabe de lo que habla.
Porque, a pesar de lo que nos digan las redes sociales y los titulares de los periódicos, ni la educación ni el fomento de la lectura son unas ciencias exactas. Y lo que puede funcionar con un niño o con una clase, puede fallar estrepitosamente con otros.
Por eso es tan falible este manual de animación a la lectura, y por eso es tan valioso.
Porque, en vez de hablar de recetas mágicas, habla de soluciones que han funcionado en grupos muy diversos… y de lo que puedes hacer si estas no funcionan en tu caso.
Lo primero que me preguntan la mayoría de padres y madres preocupados es cómo hacer que sus hijos lean. Pero ¿por qué es bueno leer?
Yo más bien me preguntaría para qué es malo, que es más fácil. La respuesta es que no hace daño en nada, entonces, ¿por qué no leer? Bueno, hay un rumor que dice que aumenta la miopía, y aquí servidora es buena prueba, pero mirar la pantalla del móvil no creo que sea mucho mejor… Y tener a los críos tranquilos leyendo mientras tú miras Twitter no tiene precio, no me digas.
Pero ya en serio, una de las mayores ventajas de la lectura, y hablo especialmente de la lectura «adulta», es la empatía. La vida nos enseña a vivir (a base de golpes, normalmente) y los libros a sentir. Nos acerca vivencias de otros de tal manera que las hacemos nuestras, y eso nos hace más humanos. Yo me he acercado a muchos temas a través de la literatura; he tenido muchos momentos de decir «Ostras, nunca había pensado que X personas vivieran esto de esta manera». No hablo solo de literatura realista, me vale para cualquier género. La fantasía y la ciencia ficción, por ejemplo, son maneras maravillosas de enfrentarse a temas muy serios, ayudarnos a vivir otras vidas sin tener que movernos del sofá. Por no hablar de que es una de las maneras más completas de entretenimiento, y una que no necesita de muchos aparejos.
Por supuesto, en los peques la lectura ayuda con el desarrollo del lenguaje, el pensamiento simbólico, la comprensión lectora… Pero en el tiempo libre no buscamos que «ayude en algo». Estamos criando a nuestros futuros líderes, hagámoslos empáticos.
Lo curioso es que el último libro que han tenido entre sus manos algunos de esos padres y madres fue el libro de familia. ¿Hay algún modo de aficionar a nuestro hijo a la lectura si a nosotros no nos gusta leer?
Yo creo que es muy difícil. Los y las peques aprenden a menudo por imitación y tienen tendencia a copiar mucho más de lo que creemos. Son hachas a la hora de detectar hipocresías y enseguida se dan cuenta de que cómo eres, en lugar de lo que predicas. No puedes decirles que leer es importante y que no te vean coger un libro en la vida. Bueno, por poder puedes, que son tuyos y vas a hacer lo que te dé la gana, pero por lo que yo veo, no funciona.
Ojo, que donde hay vida hay esperanza. Sé de gente que es lectora y no creció en una familia lectora, pero no te sabría decir cómo lo consiguió. ¿Una profe de Lengua que los enganchó? Ojalá…
Muchos de los consejos que das se podrían resumir con un «haz que el niño vea lo divertido que es leer y luego déjalo en paz». ¿Hay alguna lectura mala a la hora de ayudar a crear un hábito lector?
No. Si les gusta, que lean lo que quieran. Comics, libros ilustrados con pocas palabras, libros que a ti te pueden parecer infantiles y por debajo de su edad, o al contrario, libros complejos que, estás seguro, no entienden… Da igual. Es su tiempo libre y han elegido un libro en vez de el ordenador o la tablet, ¡déjalos!
Algunas familias se preocupan porque los ven leyendo textos que igual tienen contenido complicado, como manga, comics violentos, libros más adultos donde puede haber escenas de sexo o conflictos que igual no van a entender. Yo les diría que echen un vistazo al contenido al que están expuestos en redes sociales, en YouTube, en las mil maneras de entretenimiento que tienen al alcance: las escenas de un libro no van a ser nunca tan explícitas como los millones de imágenes a su disposición. Y, si su nivel madurativo no es alto, ni siquiera van a entender lo que están leyendo. Lo pueden decodificar, pero no entender.
Así que no, ninguna lectura es mala para crear hábito. Desde Teo hasta Dostoievsky, todo vale.
¿Han cambiado la forma de leer de los niños las nuevas tecnologías, o su YouTube no se diferencia demasiado de la televisión de nuestra infancia?
Los niños y niñas de ahora se enfrentan a un mundo de distracciones que no tiene nada que ver con lo que teníamos nosotros. Me cuesta a mí no coger el móvil cuando estoy leyendo, no puedo imaginarme a un adolescente. Las redes sociales son tan intrusivas que es difícil ausentarse, más si has nacido con ellas como parte de tu vida. Más aún si estás en ese momento en el que lo social es más importante que cualquier otra cosa.
Por eso creo que es muy importante hacer afición a la lectura antes de que tengan móvil. Trabajar con ellos y ellas para que, cuando llegue esa preciosa época adolescente en la que todo es una mierda, su cuerpo se rebela, las hormonas toman control, «¿por qué no le gusto?», «mis padres me odian», etc., el hábito de dejar el móvil y leer un par de páginas antes de dormir se mantenga. Tener tiempos en casa sin pantallas (pero toda la familia, que nos conocemos) también ayuda.
¿Y la forma de encontrar nuevos libros? ¿Pueden ser los booktubers unos prescriptores más válidos que los padres y profesores según y a qué edad?
Totalmente. Nosotros somos el mal, los que no les entendemos, los que les amargamos la vida. Los booktubers son mucho más guays, o cool, o como se diga ahora.
La buena noticia es que podemos utilizarlos en nuestro beneficio. Si sabes que tu adolescente sigue a determinado booktuber, síguelo tú también y entérate de qué se cuece ahí fuera. Como docente, creo que es fundamental conocer las novedades editoriales, el tipo de libros que se leen ahora, las nuevas tendencias… Sí, Fray Perico es una gozada de libro y yo lo disfruté un montón, pero no es lo único que hay, y para algunos peques se ha quedado antiguo y a ratos incomprensible. Los booktubers pueden ser nuestros aliados. No hay límite de edad para seguir a nadie en las redes sociales. Menos mal.
Hace poco hablaba con mi editora sobre la lectura en voz alta y le pedía que incluyéramos una serie de «huevos de pascua» para los padres que leen junto a sus hijos en una serie de libros en la que estamos trabajando. ¿Hasta cuándo recomendarías esta actividad?
La lectura en voz alta es buena SIEMPRE. Y lo pongo en mayúsculas, porque parece que es algo que no queda claro. No hay una edad a partir de la cual son demasiado mayores para escuchar historias. La mayoría de las veces somos los adultos quienes lo paramos, porque no tenemos tiempo, porque ya es mayor, porque patatas. Leer en voz alta es una gozada a cualquier edad. Es una actividad que me encanta hacer en clase, tengan la edad que tengan. Leer en voz alta un texto que permita hacer el payaso, llevar ejemplares de un libro para leer entre todos y pararnos a comentar, libros ilustrados… Es una de las herramientas más poderosas y una de las que menos usamos.
Muchas veces nos cuesta diferenciar entre el fomento del hábito lector y la clase de Historia de la Literatura. ¿Dejar de leer porque no te gustó La Celestina en secundaria no es como negarte a calcular las vueltas en la panadería porque sufriste mucho con las integrales? ¿Qué sitio tienen para tí las lecturas obligatorias?
El mismo que tienen las integrales en la clase de Matemáticas: hay que darlas, hay que aprenderlas, las vayas a usar o no. (Jamás en mi vida usé una integral. ¿Qué es una integral? ¿Dónde vive? ¿De qué color es? ¿Se come?).
Las lecturas obligatorias en Secundaria están ahí porque la clase de Literatura se basa en… literatura. Son libros que muy poca gente lee por su cuenta porque no son lo más ameno, lo más divertido o lo más entretenido, pero son parte de la base de nuestra literatura. Leerlos en clase significa que tienes alguien delante que te lo va a explicar y que te va a ayudar a entender de dónde viene todo lo que vino después. Porque sí, todo lo que leemos ahora se basa en lo que alguien escribió antes.
Cuando alguien me dice que dejó de leer porque una vez le obligaron a leer un libro que no le gustó, siempre pienso en lo puñeteros que son nuestros recuerdos y en cómo crean causalidades. Igual dejar de leer tuvo más que ver con que empezaste a salir con tus amigos, o te rebelaste contra todo lo que oliera a influencia docente o familiar. Igual tu hábito lector no estaba demasiado asentado o encontraste una actividad que lo sustituyera.
Conozco muchos adolescentes que odian las lecturas obligatorias y siguen leyendo lo que les da la gana en su tiempo libre. Yo odié La Celestina, en parte porque me la pusieron en castellano antiguo, y dejé de leer una temporada porque nadie a mi alrededor leía y se reían cuando decía que yo sí (luego me di cuenta de que podía leer y no decirlo, ¡jaque mate, presión social!). En clase de Literatura Vasca me hicieron leer unos ladrillos infumables del siglo XIX en una época en la que la literatura juvenil e infantil en euskera no existía, y tardé décadas en engancharme a leer en euskera porque se me quedó en la cabeza que no había literatura de esparcimiento (ahora la hay a paladas, por suerte, ya sean traducciones u originales). Pero todas esas lecturas tienen su lugar en el aula, porque la función de la asignatura de Literatura no es crear lectores, igual que la de Matemáticas no es crear ingenieros: es darte conocimientos sobre un área que puede que te sirvan o no, pero tienes que saber de su existencia para poder decidir si profundizas en ellos.
Aunque, personalmente, habría agradecido una versión de La Celestina en castellano moderno.
Si sólo pudieras dar un consejo a las familias con el que ayudar a crear un hábito lector en sus hijos, ¿cuál sería?
Lee con ellos y ellas desde bebés. En voz alta si puedes y te aguantan, a su lado cuando ya no quieran. No esperes a que sepan leer, porque para entonces ya sabrán si leer es algo divertido, algo que hasta sus padres hacen cuando tienen tiempo libre, o algo que solo se relaciona con la escuela. Si lo piensas, es algo que haces en cualquier otra área: los hijos de padres aficionados a la montaña suelen tener afición por ella, si vas a andar en bici con tu prole los domingos, es probable que la bici sea una actividad de fin de semana que mantengan en el futuro. La lectura no es diferente. Es otra actividad más que contagiar a través del hábito y el ejemplo.
¿Te ha gustado la entrevista? Si es así, te animo a compartirla en tus redes sociales.
Y si quieres saber más de Ruth, recuerda pasarte también por su blog. Allí encontrarás recursos para las clases, artículos con ideas para llevar al aula o herramientas para fomentar la lectura en el aula. ¡Todo un tesoro!